Propósitos de la Navidad.


La idea de esta entrada fue de Katia, así que de paso le envió un saludo a esta chica. Quizás yo nunca escribí sobre los verdaderos propósitos de la Navidad. Por supuesto, los propósitos que yo percibo de la Navidad. Y como dije por ahí, usualmente disfruto las fiestas de fin de año dependiendo de cómo fue mi año. Ya saben, uno siempre está devolviendo con la misma piedra.

De pequeños nos encanta la Navidad por los regalos, porque si llevan de visita a familiares de tu misma edad con quienes pasaras jugando durante toda la celebración o porque en tu casa cocinan rico y obvio durante el año no te das todos esos gustazos. Desde la adolescencia, cuando se es adulto joven (en donde entro yo), un adulto medio y ya en vejez, creo que es un poco diferente. Ya se perdió esa inocencia. En ese caso, tomamos las cosas como vengan y a veces por eso se pierde ese optimismo.
Hay quienes no les gusta la Navidad simplemente porque no les divierte o porque no creen que sea el estilo de ellos o ellas. ¡Es válido! Ya saben perfectamente que no soy de andar criticando banalidades.

Ahora, el verdadero propósito de la Navidad es la unión con tus seres queridos. Para hacer de esto más ameno, les voy a contar de mis celebraciones. Con mi familia hacemos de la Navidad una reunión. Llevamos comida muy rica, conversamos de esto y de lo otro. Nos encanta recordar, hablar tantas cosas que nos han pasado y entre esas muy locas. No siempre es miel sobre hojuelas, pero es algo a veces demasiado tranquilo, créanme.

De cierta manera, lo importante no es solo poner música a todo volumen. Sino que se recuerde porque todos estamos ahí reunidos. Sea cual sea el contexto con el desees verlo, la Navidad se trata de unión, armonía, amor y perdón. Ese día es importante olvidar rencores y agradecer a Dios o ya sea cual sea tu creencia, por estar ahí en familia, degustando y compartiendo. Recordemos cuantas personas en el mundo no tienen esa dicha, y no para sentirnos más, sino para saber que es una bendición estar ahí cuando hay quienes están solos, quizás en pobreza o en situaciones sumamente precarias y hasta muy tristes.

 No se trata de fingir, recordemos la clásica publicidad de ser falsos en estas fiestas y ya una vez acaban ya ignoras a todas esas personas que te acompañaron en las posadas.


También es importante mencionar que la Navidad dependerá mucho de tus creencias. Sabemos de sobra que los ateos, hinduistas, judíos o los agnósticos no celebran la Navidad. Al menos que un judío no sea conservador, puede ser que quiera compartir dentro de estas veladas. Esa ya es una decisión de cada persona.

El sentido es que la Navidad no es obligatoria. Tampoco critiquen a quien no las celebren.  Se les puede desear unas felices fiestas, porque se aproxima el fin y comienzo de año. No se trata solamente de deseárselo a quien comparta tus creencias, y mucho menos se trata de que debas tratar de cambiar otras creencias y puntos de vista.

Lo que si es que recordemos que en este último mes del año debemos reflexionar, y buscar toda es unión perdida porque se pasó por un año complicado o porque sencillamente la vida del estudiante y del profesional es muy cansada, nunca será sencilla. Busquemos un poco de ese acercamiento perdido. No nos amarguemos del todo. A veces mi humor no era bueno, pero hice mi intento de sentirme más relajada.

Nada es mejor que pasarla con quienes tenemos la certeza que van a estar ahí, y que si bien hablamos de amores que no se sabe si serán eternos, igual disfruten de estas veladas sin discutir, ni decir porque haces eso y lo otro. Disfrutar es otra palabra que se debe tener en mente. Sobre todo porque en América Latina estamos de vacaciones y se supone que cambies ese mal humor para descansar. 

¡No está de más desearles que pasen unas felices fiestas! Aunque me estoy adelantando un par de días, ¿No?

¡Feliz día! 



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