Todos somos motivación.


Si pensabas que la motivación se debía a solamente un impulso que nos mueve para realizar nuestras metas, es un error. La motivación tiene un concepto muy profundo que se deriva de dos aspectos:

La regulación inductora, es aquella que nos mueve a la acción y que de alguna forma, el individuo se centra para cumplir con sus necesidades. Este aspecto logra que el individuo conozca el camino que debe tomar.

La regulación ejecutora, es aquello que determina que un individuo cumpla lo que le ha determinado y plasma los pros y contras. Este es el momento en el que observa la distancia y sus obstáculos.

¿Eso qué significa? 

Mediante la regulación inductora, el individuo es capaz el camino adecuado para él. Una vez comprendemos cuál es nuestro camino, somos capaces de saber que tanto nos costará llegar a nuestra meta.

La motivación despierta cada lado de nuestro ser. Lo sé, es una manera muy cursi de decirlo. Gracias a ella experimentamos un sinfín de emociones (de todos los tipos) y estas disminuyen cuando se logra la meta establecida. Es decir, al sentirnos motivados es igual a decir que hay un conjunto de procesos psíquicos o si bien, actividad nerviosa de nuestra personalidad que nos lleva todas esas sensaciones.

No podemos decir que es un proceso objetivo, ya que la motivación es subjetiva. ¿Por qué? Es imposible que nos motive lo mismo. Hay tipos de motivaciones. Eso hace que seamos diferentes al momento de hablar de emociones. Este puede ser un factor (que en lo personal) que considero nos une o desune. Por ejemplo: María y Enrique son pareja. A Enrique le motivan otras vivencias y propone ideas para mejorar la relación, pero María considera que es muy poco. No es que una de las partes este mal, sino que poseen distintas motivaciones y nadie puede cambiarlo. Significa que el individuo se mueve mediante su entorno y sus necesidades.

Cabe aclarar que nuestra personalidad no la define, sino que la situación actual con el mundo real nos lleva a la misma. En sí, la motivación en efecto es variable pero no podemos decir que porque una persona sea más alegre, pueda motivarse más que otra persona. Pese a todo esto que parece confuso, todas y todos tenemos una motivación en la vida y ese proceso de determina mediante a nuestra realidad. Esta la razón por la que perder las ganas de todo, es un signo de depresión o tristeza profunda. Ya persiste ahí una alteración en el proceso, puesto a que el individuo perdió esa motivación de todas las formas posibles.

En la motivación se incluyen las sensaciones, los sentimientos y nuestro pensamiento. Juntas crean toda esa actividad nerviosa que nos impulsa, nos hace sentir irritados o si bien felices ante lo que está ocurriendo y sin dejar de olvidar el pensamiento, ya que este último nos lleva a la claridad. Nos abre puertas a soluciones.

Los factores externos nos llevan a movernos, en ese momento el individuo se expresa y manifiesta todo su sentir.

Espero que les haya gustado este nuevo post. Como les expliqué con anterioridad y si lo uno a este último aspecto: La salud mental es la base de todos los procesos. ¿Han escuchado que la mayoría de las personas se enferman por una situación psicológica? Yo creo totalmente en ello. Tanto creo que nuestros hábitos son tan básicos, como también la salud mental. No olviden tratarse en caso de perder la fe, ya que naturalmente debemos sentir motivación de alguna u otra forma, o por cualquier motivo.



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