Hablar de
comodidades, es ajustar tu vida a ciertas especificaciones. Resulta sencillo
decir que en la vida buscamos comodidad, de lo contrario sentimos que
tambaleamos y hasta nos derribamos contra el piso. Si hablamos de economía,
claro que la “comodidad” es una de sus grandes aliadas, pero hasta donde sé, la
economía me aburre.
Hoy les
vengo a tratar el tema de la comodidad en nuestra vida como un ser en la toma
de decisiones, en sus impulsos a lo largo de la vida y en cómo afecta ser muy cómodos
y cómodas.
Como seres
humanos que somos, nos encanta estar cómodos en nuestro entorno. Si una situación
te incomoda, sentirás como esa piedra en el zapato. Lo que menos deseamos es no
estar en confort.
Los problemas
surgen en las siguientes circunstancias:
Cuando
tomar una decisión importante se ve influenciadas por tus comodidades tan
establecidas.
Imagínate
que llega una oportunidad como ninguna otra a tu vida, venís y analizas toda la
situación. Te das cuenta que tu entorno te agrada muchísimo, de hecho has
estado en el desde siempre y lo que menos querer es librarte de ese entorno, ¿Qué
crees que ocurre? ¡Dejas ir una buenísima oportunidad! ¿Por qué? ¡Por comodidad
desmedida!
Si afecta
en tus decisiones… Afecta en tus impulsos.
Si por no
querer adaptarte a otro entorno le temes al riesgo, me parece que te colocas
barreras para llegar a otros campos, a otras personas, a otros lugares y a tus
ideales. Eso significa que te alejas mucho más a tu anhelo de vida. No creas de
ninguna manera que tu entorno es el único del que debes empaparte a lo largo de
tu vida.
¿En qué nos
afecta?
Resumiéndolo:
En nuevas oportunidades y en tu crecimiento personal.
¿Por qué?
Al ser la
palabra “limitación” una de las derivaciones de “comodidad”, te queda muy claro
que tu comodidad desmedida te limita, te afecta, te lleva más al lado negativo
de la historia.
¿Qué es lo
que debes hacer?
Arriesgarte
más a vivir tu vida sin importar que tu comodidad debe cambiarse de vez en
cuando. Salir de tu zona de confort no solo es un beneficio en cada uno de los
aspectos de tu vida, sino que también se trata de un sentido más saludable.
Díganme, ¿qué
cuesta aventurarnos?
No por
comodidad a que otros tomen decisiones por vos, a que tu vida deje ser la misma
y a temer por no lograr tus objetivos, vas a dejar ir oportunidades de aprender
y conocer. No nacimos conociéndolo todo, y no tienen una idea del bien que nos
hace cambiar de entorno.
Por experiencia,
puedo afirmarles que si es saludable.
Al
principio tenemos miles de preguntas en nuestra cabeza y somos de pensar “y si
sucede lo opuesto”. Es mucho es “si esto y lo otro”, pero a pesar de que la
vida nos presenta oportunidades que no nos saben muy dulce sino más bien amargo,
crecerán como personas y podrán decir “lo hice, y eso es lo reconfortante”.
Ya saben cómo
soy para esto de animar. Me gusta que las personas se animen a más, porque lo
necesitamos y por muy amargo que sea el haber salido de esa zona de confort, sabrán
que valió la pena cuando a la próxima vez que decidan cambiar de entorno se
digan a ustedes mismos: “Esta vez intentare algo nuevo” y ese es el punto tan
exquisito, el aprendizaje que se adquiere no se compara por nada.
Que hayan
tenido un bonito sábado, y no dejen de leerme. Les motivo a que se queden conmigo para
leer las miles de entradas que están por venir.
¡Besos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario