Esta mañana
me desperté a una hora muy programada, decidí que iba a leer algunas cosas y
luego de eso, escuché algo que me inspiró y digo, si me inspiró a mí,
seguramente lo hará con otros. Es por eso que esta nueva entrada tiene la
finalidad de que abramos los ojos de una vez por todas.
Voy a
comenzar con una pregunta, ¿Cuál es tu sueño?
De seguro
creemos que los sueños son aquellos que “si valen la pena”, y vaya que estamos
en un error. Categorizar los sueños es escogerlos, no dejar que ellos nos
escojan. Seré honesta en algo, para esas personas que deciden dedicarse a una
carrera o algo porque su familia quiere, porque creen que en otras cosas no son
capaces o porque no tienen tiempo para lo que verdaderamente es un sueño; están
cometiendo un enorme error.
¿Por qué es
un error?
Escoger es
el más grande error. Lo mejor de esta vida se da, no se escoge. Se da porque ya
es tuyo, es para vos, porque lo sentís, lo amas y lo disfrutas.
No te
quedes con el “quisiera”, que es letal. Deja de decir “es muy riesgoso”, ¿Cómo sabes
que verdaderamente lo es si no lo intentas? ¿Cómo decir algo que no intentamos
por miedo?
No permitas
que las críticas te desanimen, porque nacimos para ser criticados. ¿Quién dijo
que la vida es acerca de todo aquello que es sencillo? La crítica es como el
dolor, ¿saben? O decidís seguir en la lucha mediante a esa crítica y ese dolor;
o decidís arrepentirte y quedarte con el “hubiera querido…” por el resto de tu
vida.
La vida es
dolor, y lo es porque todo aquello que nos duele nos impulsa pero está en tus
manos que ese dolor se transforme en algo positivo.
¡Oye! ¡Que
ese dolor te motive! Dolor no es destrucción. Dolor es lo que queremos que sea.
Y si para vos dolor es echar a perder tu vida, te vas a echar a perder y
aquellos sueños que sabes te han elegido por tu DON no van a ocurrir, ¿Por qué?
Porque decidiste no luchar por miedo al dolor. Decidiste transformar el dolor
en tu perdición.
Que tus sueños
te elijan, vete con ellos y no desperdicies un tan solo día en lo que sabes que
no te eligió. Es como una metáfora acerca del destino. Cada quien nace con algo
que le diferencia o que le inspira, porque es lo suyo, y por mucho que la vida
presente impedimentos, no son impedimentos. Esas barreras son retos que te dice
“seguí luchando…”, no son barreras que indican que ya debes dejar de hacerlo.
¡Cuánto creemos
que dejamos ir! Y no lo dejamos ir, porque está ahí. Nos dejamos caer, pero si
hoy decidís que vas a seguir luchando, veras que después de todo eras vos quien
debía tomar los riesgos para por primera vez VIVIR su vida y no la que decidió
que debía vivir. Naciste capaz. Lo que sigue solo es un impulso para que sigas adelante.
Es momento
de motivarnos, gente hermosa. ¡Bendiciones!
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