El 2014
fue un panorama muy diferente para cada uno de nosotros. No tengo la
oportunidad de saber acerca de cómo fue este año para ustedes, pero en cambio
yo sí puedo compartirles sobre el mío.
En mi caso, el 2014 fue un año muy
importante y un tanto difícil. A comienzos de este año –refiriéndome a los
primeros cuatro meses- me sentí muy decepcionada de la vida. Había mucho que
estaba saliéndome mal y llegué a pensar que la mala suerte me acobijaba. La
realidad es que no creía en mi misma y no estaba esforzándome como debía ser.
Era una época en la que no me sentía bien
conmigo misma, me sentía incapaz y demás. De esos meses aprendí grandes
lecciones y supe que debía dejar de ser tan dura conmigo misma. Supe que tenía
que cambiar de planes, pero una vez pensas en nuevos planes, significa que
debes adquirir confianza en vos y cambiar de pensar.
Está en tus manos que mucho suceda. A
veces pensamos que las cosas caen de la nada y solo porque estamos destinados a
ciertas cosas creemos que no valdrá el esfuerzo. Créanme, cada persona tiene su
destino pero en la vida existen esos errores que cometemos que provoca que las
cosas no sucedan si hemos lo incorrecto. ¡Párense de donde están! ¡Propónganse
luchar por lo que quieren! Hay que lamentarnos menos y luchar más.
Después de esa mala racha, entré en
una época de conocer a nuevas personas. Podría llamarle una amistad, aunque no
tan sólida. Simplemente una amistad muy agradable. Llegaron momentos locos y divertidos en esa época.
Además que puse en práctica eso de esforzarme y lo logré. Mientras duró fue muy
bueno y es sencillamente una de las mejores épocas y rachas que hasta el
momento pasé.
Los últimos meses del año yo seguí en
este ritmo y a pesar de que me sentí muy aturdida en ocasiones, digamos que no
me dejé influenciar por lo que no estaba saliendo bien. El concentrarnos en lo
malo nos quita el enfoque en lo bueno. Es que debas vivir en un mundo color
rosa, solamente que debes enfocarte en lo que te está saliendo bien para que
ello brilles. Lo que no te sale bien y que no saldrá bien, debes tomarlo como
un soporte y no como una decepción.
Aprendí que es bueno tomar riesgos,
porque de ellos aprendes. También es bueno escuchar tu intuición y no ignorarla
por lo superficial. A veces muy en el fondo sabemos que algo no está bien o que
no nos estamos dando el lugar que merecemos, ¿Qué haces ignorándolo? Créeme, no
debes hacerlo y debes escucharte si estas siendo racional y no pesimista. Como
sea debí de haber aprendido tanto en este 2014.
Todo lo aprendido se duplicara este próximo
2015. Tengo tantas ideas y proyectos que voy a llevar a cabo. Tengo tanto interés
es mejorar como persona, ser muy buena en lo que hago, seguir hambrienta de
positivismo y nunca dejarme vencer por nada. Quiero que este 2015 existan menos
decepciones y desilusiones. Mi mente se endureció, esto más fijada y centrada
en lo que quiero. He priorizado, esa les sugiero tomar como clave.
Agradezco por un año más de vida para
quienes quiero y en los que muchas amistades se fortalecieron. Aprendí de
muchas personas, y a cambio recibí una experiencia no vivida. Crecí como
persona, eso es claro y en su mayoría pudo no haber sido el mejor año pero
dicen que de los golpes aprendemos.
Estoy
segura que se deparan buenas cosas para mi si mantengo esa confianza en mi
persona, de lo contrario volveré a caer como solía sucederme. Así que, los
mismos errores no se repetirán. Se trata de renovarnos año con año, y que a
pesar de todo estemos en donde estemos, siendo agradecidos por lo que
conservamos.
Aun
no me despediré de este año, pero preparo una entrada para recibir el 2015 y
para sentirnos motivados. Hay un lema que llevare conmigo en este próximo año y
lo compartiré porque el mensaje que trae consigo es enorme.
¡Disfruten
de lo poco que queda del 2014!
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