Algunas
se preguntan porque actúan de cierta manera y luego se dicen a sí mismos y
mismas que le gustaría ser diferentes. Más no saben, que nuestra esencia –nuestra
personalidad-, mayormente se deben a factores que están fuera de nuestras
manos.
Y es
que el ser humano en parte nace con su propia esencia –para muchos y muchas un
aspecto que no entendemos de una razón- pero tiene mucha coherencia decir que
si somos como somos por nuestro interior, debemos también decir que se debe al
exterior.
Los
aspectos banales que están fuera de la conducta o actitud, no se debe al
exterior, sino que esos aspectos absurdos son llevados por un descontrol de
emociones interno.
Cuando
el ser humano crece en un ambiente inapropiado, lleno de presiones, rechazo, se
ha sufrido, se ha limita o se ha retraído a si mismo por una baja autoestima,
la persona tendrá una conducta característica.
Esto es
interesante, ya que he conocido a muchas personas que tienen una conducta muy retraída
o que tienen ese temor de abrirse con los demás, y desde la primera palabra
podemos notarlo. Lo que yo hago, es hacer que una persona se sienta que es
importante, entendida o escucha y rápidamente veo cómo esas personas se van
mostrando más espontaneas de un minuto a otro. Es realmente interesante cómo
percibimos esa confianza en ciertas personas. Y varias veces provoqué dicha
confianza.
También
he conocido de esas personas que cada cosa que hacen debe ser notadas o vistas,
de lo contrario, siguen con ese festín de locuras. Ahora con el pasar de
tiempo, ya uno comienza a entender que la conducta de una persona que busca ser
notada, es porque es su hogar, que es su verdadero ambiente, no recibe esas
atenciones o recibe demasiados aplausos a sus locuras. ¿Ya entienden porque se
deben ser francos y no mentir por ser de la familia? Después van a cualquier lugar
y creen que ese lugar es merecedor de sus locuras.
Otro
ejemplo de lo que refleja una personalidad fría, es cuando sufres o has sufrido
mucho. De repente las personas solo juzgan el hecho de que lo seas, pero no
saben analizar y darse cuenta que todo tiene un origen. El otro día me decían: “A
mí me tratado mal, y me vale ser como soy. Por eso soy mala mala para consolar
a una persona”. Si no puede consolarse a sí misma, ¿Cómo lo haría con otra
persona? Tiene sentido decir y afirmar que todo comienza en sí mismas y mismos.
El clásico
ejemplo de la persona más feliz de todas y que es quien más está pasándola mal.
Es irónico que se vea en esas personas la manera de reír, no de conversar y
escuchar para darnos cuenta que verdaderamente solo es un disfraz. La gente les
llama “payasos”, “divertidas”, cuando no han interiorizado la razón de su
actitud o del mensaje que indirectamente envía.
A mí,
me resulta interesante hablar de este tema. Yo analizo mucho a las personas y
no me quedo con un vistazo. He interactuado con todo tipo de personas y he
confirmado que una persona no cambia, sino que se protege de alguna u otra
forma. También una persona puede no protegerse, sino hacerlo a la inversa. Esa
persona puede ser cruel, vengarse y demás, porque eso ya no se convierte en un
trauma en su vida. No es que se trate de cambios y eso cuesta entenderse.
Ahora,
espero que a la próxima juzguemos menos y quizás digamos lo que esa persona nos
resulta, pero recordemos que eso precisamente no es ni un tercio de la realidad
de una persona. Hay mucho detrás de cada una de nosotras y nosotros. No todo es
tan superficial.
¡Feliz Miércoles!
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