Éramos todo, hoy éramos 'nada'. Amanecí y observe a mi lado -el lado
izquierdo estaba desolado- me sentí fatal de recordar que hace un día el dormía
junto a mí. Hipotéticamente, es un sentimiento muy fuerte. Llegas a sentir que
lo demás se ve nublado ante tus ojos y tus pensamientos te traicionan.
El es el amor de mi vida. El es el ideal. Alguna vez escuche que los
ideales no habitan en nuestro planeta. ¿Porque lo dirán?, ¿Lo dirán porque
nunca han amado?
¡Es un tema de locos! El amor es un tema de locos. Te enamoras y te sientes
mal por no estar ahí, para esa persona que amas. Todo tu entorno se envuelve en
su rostro; su rostro incrustado en tu mente.
Esperaba a que esta mañana nos tambaleáramos en la cama. Abría mis ojos,
sus ojos están estaban sobre mi -cualquier pensamiento debía haber en su mente
en aquel momento- y rápidamente me besaba en los labios. La humedad se plasmaba
en ellos. Era la imagen que sobre mi pasaba. Todo de el ha sido una preciosidad
andante, ya que nunca conocí a quien me robara tales pensamientos y pasiones.
Le besaba sin cansancio, el me tomaba con mucho furor y de un momento a
otro; él y yo hacíamos el amor. Se escucha como una historia de amor: Perfecta,
color de rosa, en donde el romance es el rey y no existe más que felicidad en
ello.
Retomo mis pensamientos mientras observo hacia la ventana. Hace una hora
que salió el sol, que una taza de café no me vendría mal. Mi querido Bill -mi
gato- marca territorio -Se pasea alrededor de mis pies, rozándome con su larga
y peluda cola- ¿Como no llegaría a notar sus intenciones? Además de marcar
territorio, es una señal de que desea desayunar tanto como yo.
Bill adoraba le adoraba. Todos lo quieren, todos piensan que es el tipo
vivaz e ideal. ¿Cómo puedes olvidar a un hombre tan sensacional? Dicen. La
pregunta que les haría a su necedad de encontrarle perfecto: ¿Qué hago yo con
este sentimiento que me rompe por dentro?
Es sencillo hablar de lo que no tienes una mínima idea. Es sencillo
decir que otra persona es la del problema y que él tiene la razón. Tiene la
razón por no parecer quien dices que es. Injustamente, es asi. Han creído mas
en el, que en mi. Todos se han cegado por su esplendido andar y su enorme
sonrisa. Todos le llamarían un hombre poco ordinario, porque pocos son como él.
¿Qué tal esplendido llegaría a ser?
¿Es posible que yo este equivocada al dejarle ir?
Me pidió una oportunidad. Me ha rogado que nuevamente, seamos uno mismo.
-Hey, Bill. –Toco la punta su helada y diminuta nariz con mi dedo índice.
-¿Tu me entiendes, cierto? –Una de mis malas costumbres. Pensamos que nos
escuchan. Tratan, pero nunca lo harán.
Escucho un leve golpe en la puerta, ¿Quién vendría tan temprano a
visitarme? No espero ninguna visita. Si me visitaran, lo sabría desde ayer por
la noche. No dejo nada a última hora, soy muy organizada con mis días.
Bill corre hacia la puerta, una señal de quien ha venido esta mañana. Es
el, ya que Bill reacciona de esta manera cuando le siente cerca. ¿Es esto una
clase de locura? ¿Cómo un gato sabría algo asi? Siendo algo común en caninos.
Abri la puerta sin esperar a que tuviese en sus manos algún ramo de rosas.
¡El estaba con un ramo de rosas! Vulgarmente se dice: “Con la cola entre las
patas”. No me espere, ya que apenas me duche y apenas pensaba en desayunar.
-¿Qué haces aquí, Michael? –Suspiro al escuchar mi tono de voz. –Dime.
-¿Me permites pasar? –Siendo muy sutil, me pregunta. –Necesitamos hablar.
-Creí haber sido clara, pero te dejare pasar. Leí que era importante dejar
hablar a nuestra pareja, sino de alguna manera esto ya ni tendría un sentido.
Callar es dejar que todo se detenga ahí mismo.
-Es algo que tiene mucho sentido. –Le encuentro nervioso, con poco
entusiasmo y seguramente será la discusión de anoche.
Observaba el departamento, la que también era su casa. Vivíamos juntos hace
7 meses y pensábamos en comprometernos al cumplir los 14 meses. Todo había sido
tan bueno, hasta que el cometió el más grande error.
-¿Estabas a punto de desayunar? –Le asiento con mi rostro. –Yo desayune en
nuestro restaurante favorito. Sabía que íbamos ahí todo el tiempo y eso era lo
que querías todas las mañanas.
-Te refieres a la situación como “pasado”, lo que da mucho que decir de tu
visita. –Niega con su rostro desesperadamente. No quiso tomar asiento, lo que
me hace nuevamente pensar que será breve. –Quiero que seas franco ahora mismo.
-No quiero que tú y yo seamos historia. –Se acerca ligeramente hacia mí. -¿Por
qué debes tomar el tema con tanta exageración? –Parece que Lucas jamás lo entenderá.
–Fue un arranque, un momento que fue contigo y no con alguien más.
-¿Qué te hace pensar que por haber sido yo, no paso absolutamente nada?
-Por ser mi pareja, por tener una vida sexual contigo… ¡Eso debe tener un
sentido de ser! –Me exclama totalmente molesto. –Tú quieres decir que yo soy el
malo de la historia, cuando tú y yo sabemos que eso no era algo que nunca sucedió
entre nosotros.
-No, no sucedió. –Quisiera golpearle muy fuerte en su rostro. –Lo que tú
hiciste, fue abusar de mí.
-¿Estas llamándome violador? –Se señala a sí mismo. Veo la furia que se
desploma de sus expresiones. –Soy un hombre que simplemente disfruto de estar
con su pareja, eso no me hace en ningún violador.
-Apenas salía de la ducha, me puse mi pijama y llegaste tú con una actitud
brusca. –Esquiva mis miradas. ¿Llegaría a tener culpabilidad de lo que hizo? –Te
dirigiste a mí con mucha cautela y cuando me besaste, sentí que no querías solamente
un beso de mi parte.
-Quería estar contigo.
-¿A qué precio? –Unas lágrimas caen de mi rostro. –Ese día me sentí muy mal
desde la mañana, te pedí que me dejaras quedarme en cama y asi poder
recuperarme de lo que había sucedido el día anterior. –Doy dos pasos al frente.
–Tú me ignoraste por completo. –Le doy un toque en el pecho con mi dedo índice.
–Llegaste a la habitación, forcejeaste conmigo y rompiste mi pijama con mucha
conciencia.
-Es lo que los hombres hacemos. ¿Por qué no querías estar conmigo? Tuviste
que haberlo disfrutado. –Le abofeteo muy fuerte, sin importarme que el
levantara la voz. –Hicimos el amor y para ti es un maldito problema.
-Sí. Porque ni siquiera estaba excitada, yo no deseaba estar contigo y
literalmente me tomaste e hiciste el amor solo, en tus sueños y asquerosos
pensamientos. –Me retracto de mostrarle mi dolor en estos momentos. –A la
mañana siguiente sentí un terrible dolor de la brusquedad con la que me tomaste
anoche. Sangre en la mañana… ¡Fuiste un animal!
-Cuando tienes una pareja, esperas a que esa persona esté ahí cuando tú
quieras estar con ella. –Niega con su rostro. –Me decepcionas.
-Si tanto te decepciono, puedes irte. Conoces la salida, Lucas. –Se niega a
irse. –Tienes que irte de una maldita vez, carajo.
Su orgullo masculino jamás le hará entrar en razón. Se equivoco, cometió un
abuso hacia mi persona y piensa que seré yo quien le pida que regrese. ¡Esto es
definitivo!
Me arrepiento de no haber sido fuerte y haberle golpeado en ese instante.
Nunca esperas a que esa persona abuse de ti de tal manera.
Lucas entro a la habitación pensando que tendríamos sexo, sabiendo mi
estado emocional; rápidamente me desgarro la pijama como lo haría cualquier
abusador.
Le pedí que me dejase, pero me tomo muy fuerte de los brazos y no soporte
ese dolor. En ese instante note que su actitud había sido la de un abusador. No
me beso, solamente sacio lo que su pene necesitaba.
Entro en mi sin pedirme permiso e intente empujarle, pero en cada
movimiento presionaba con mayor fuerza. Su estado de excitación era salvaje, se
desplomaba como un animal y en cambio yo me sentía pésimo.
No sentí absolutamente nada esa noche. Solamente sentí un fuerte dolor por
dentro, que jamás olvidare esa terrible transformación del rostro de Lucas.
Siendo un hombre dulce, paso a ser un hombre terrorífico.
Me entere que ese día lo habían despedido de su trabajo, por lo que llego
enfurecido a descargar su enojo sobre mí. ¿A qué precio? Abusándome. No pude
tolerarlo y le pedí que se fuera de aquí. Me provocaba repulsión verle tan
campante después de lo que aquella noche me había hecho.
¿Por qué los hombres pensarían que al tenernos ahí somos una maquina de
sexo? Me arrepiento de haberme sentido así tal día y no poder actuar
correctamente. Al ser su pareja, no eres automáticamente una muñeca inflable.
Si tu pareja te obliga o te toma a la fuerza para tener sexo contigo, no hablaríamos
propiamente de “sexo”, hablaríamos de un abuso sexual. Abuso de mí. Si esto
sucede, sentirás que te ha penetrado si él la mas mínima sutileza; te penetrara
sin piedad. Todo habrá sido sin tu consentimiento. El piensa en el, en sus
deseos… Nunca pensara en ti.
Estaré publicando una serie de historias cortas que tendrán un mensaje, al leerlas comprenderás el mensaje y sobre todo, espero que esto sea del agrado de ustedes.
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