Estamos en
la primera semana de Agosto, ¿Cómo se sienten con respecto al mes pasado? Estoy
esperando a que ustedes se sientan mejor en este nuevo mes o que al menos este
nuevo traiga sorpresas. No es para menos que los primeros días de cada mes haga
un post para animarnos un poquito con la entrada de otro mes.
En mi caso,
Julio fue un mes para conectarme conmigo misma, quererme más y darme cuenta de
lo mucho que progresado como no echarme para atrás. Estoy feliz con mi vida,
porque de alguna u otra forma, es la voluntad de Dios que así sea.
El tema del
mes pasado era acerca de que nuestros sueños nos elijan.
Si no la
has leído, léela AQUÍ.
El tema en
el que quiero reflexionar en este nuevo mes, es acerca del lugar en donde
postramos nuestra identidad. No me refiero a que no sepamos quienes somos, sino
que constantemente nos identificamos demasiado con lo externo, con lo que no es
nuestra persona y el problema es olvidar que hay mucho en nosotros mismos para
identificarnos y ayudarnos a crecer.
No confundamos
esto con falta de amor propio. Te amas, pero no llegas a ese punto en el que te
conectas con tu ser y cuando te conectas demasiado con los demás, es como si te
aislaras de vos.
¿Por qué es
importante identificarte con vos mismo?
Se trata de
hacer las paces, de estar bien no por falta de amor, sino porque nos entendemos
en las buenas y en las malas. Al entendernos, logramos tener paciencia sobre
nuestros errores y sobre lo que sentimos ante cada suceso y persona.
¿A qué nos
referimos con “identificarnos”?
Aceptación.
¿Qué pasa
si nos identificamos con otros y no con uno mismo?
Aislamiento
es una palabra clave. Eso indica que colocas tus esperanzas en otras personas y
no observas a los demás de forma objetiva. Tu subjetividad de lleva a buscar
indirectamente lo que crees que te hace falta.
¡Nos hace
falta demasiado! No hay conformidad acerca de quiénes somos. El problema es que
no esperamos mucho de nosotros mismos sin tener una certeza de quienes somos.
Es bastante complejo encontrar el balance si aún no tenemos idea de nuestro yo.
Esa falta
de conexión hacia nuestro yo, nos crea muchas barreras. Si no te conoces, ¿Cómo
se supone que sepas qué harás? No podes actuar de acuerdo a tu persona si no te
dedicas a conocerte sin juzgarte.
Quien juzga
antes de conocer, no sabe absolutamente nada. Es como si fuéramos ignorantes
hacia nosotros mismos.
Conclusión.
Tomate tu tiempo
en entenderte, porque el hecho de juzgarte demasiado te aleja más a tus deseos.
No sirve de nada creer lo peor de uno mismo, porque al final hacemos lo
contrario a lo que indudablemente sabemos no deseamos pero por esa falta de conexión
tomas decisiones más evaluadas por terceros y no por vos.
Tengamos
una mejor visión de la vida gracias a nosotros mismos.
Y no puedo
desearles nada más que lo mejor en este nuevo mes. Les prometo que si se
esfuerzan en mejorar pequeños detalles como este (que realmente son grandes por
su manifestación), todo progresara a la inversa, refiriéndome a aquello que todavía
no se les da en sus vidas.
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