Hoy entre
conversaciones, pude recordar lo importante que es nuestra orientación sexual.
La sexualidad nos define, y créanme, es una incertidumbre no tener una idea de
lo que deseas realmente.
No lo digo
por una experiencia propia, ya que desde siempre he sabido que soy
heterosexual. El problema es cuando esos problemas te llevan a burlas y ciertos
trastornos con vos mismo o misma.
Se han de
preguntar: “¿Por qué trastornos?”
Un
trastorno se basa en un desorden mental, y lógicamente en todo orden existe
certeza; la cual se carece de ella cuando algo grande como la misma sexualidad
no es aceptada.
Ocurre que
te tratas de convencer de una realidad que no es tuya. Elegís vivir tu vida
afectiva como heterosexual, lesbiana, bisexual u homosexual. Eso genera una
gran ansiedad y obsesión en la persona, al punto en que se convierte en un
trastorno.
Tu mente se
obsesiona con ver una realidad en vos que no lo es. Esto aplica en muchas circunstancias
de la vida y es tan común que creemos se trata de algo simple. Pero la falta de
aceptación nos conduce a un trastorno. Voy a resaltar tres características: obsesión,
ansiedad y el deseo del engaño.
Es normal
tener miedo a ser rechazados, pero no caigamos en ese enorme engaño. No me
vengan a decir que si pueden enamorarse de alguien del sexo que ustedes desean
solo porque lo han decidido.
El amor no
se elige, ya que no es un objeto ni nada por el estilo. Se siente y no puede
evitarse. Así que, es como jugar con fuego. ¡Nadie puede ganar! No te engañes a
una verdad que vivirá en tu interior durante toda tu vida. No importa lo que
hagas, siempre sabrás a quien amas.
Y la única desventaja
es el rechazo. Recordemos en el mundo que vivimos, en donde mayormente se vive
en una sociedad que no se cree que es Dios para jugar a decirnos lo que debe
ser, lo que es correcto y lo que por nada del mundo debemos hacer o sentir.
El rechazo
es duro, tanto que hay quienes no pueden vivir siendo rechazados. Lo justificaría
de muchas maneras, pero el mayor contra y el ganador, es que no vas a
interponer a personas frente a tu necesidades y frente a tu vida afectiva. Es
un juego que nunca termina bien, ¿estamos de acuerdo?
Y muchas
personas dirán que se puede cambiar de orientación sexual con la religión, y yo
diría: Nadie juega a ser Dios. Nadie tiene el poder de escoger su esencia como espíritu.
Una cosa es lo que te han inducido y otra lo que sentimos, y no hay ni religión
ni ciencia que pueda explicar el porqué de mucho de lo que elegimos amar.
No soy poco
creyente, soy simplemente una persona que pone los pies sobre la tierra y
piensa en muchos panoramas, no solo en el que desea pensar. En religión solamente
se dirá una mil veces que es un pecado, pero no ven los derechos que poseemos
como seres humanos. ¿Cómo es que cristianos señalan a otros y juegan a ser
Dios? Vengan y traten de explicar porque lo hacen y porque se sientan
superiores. Yo soy cristiana, y amo a Dios, pero no juego a creerme Dios.
Motivo a
que nos amemos y que seamos felices, ya dejen de pensar en los demás. Acéptense
por ustedes y no tengan miedo a ser rechazados, porque quienes los quieran, no
les darán la espalda.
¡Feliz
Tarde!
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