El amor da
miles de vueltas y a veces regresamos una o más veces con la misma persona.
Hablar de una ex pareja, es acerca de una relación que ya te consumió y que ya
probaste desde el punto de vista de lo novedoso y el riesgo.
No todo es
una tragedia o un error; y tampoco todo es miel sobre hojuelas. Para esas
relaciones que se repiten una y otra vez, hoy les traigo esta entrada que busca
reflexionar y comprender cuando debemos y cuando no debemos regresar con
nuestra ex pareja.
¿Por qué ocurre?
Usualmente,
las relaciones terminan por razones de gran peso y otras muy inofensivas.
Cuando los motivos son graves, crean una sensación de tristeza muy grande y
pese a lo ocurrido, queremos estar con esa persona. Ese pensamiento permanece ahí
a diario y eso solamente crea un nudo más grande cada vez que intentamos
olvidar.
Agreguemos
una situación común después de romper una relación: Esa persona te busca.
Si observas
a la persona o sabes de su existencia a diario, es todavía más complicado
olvidar y superar el rompimiento. Eso es común, puesto a que luego de terminar
con alguien, viene esa reacción de no querer perder a esa persona (aunque sepas
que tu error no tiene remedio).
Si esa relación
no funcionó antes, ¿no va a funcionar ahora?
Las
probabilidades de que funcione o acabe nuevamente, es del 50% a mi criterio y análisis.
Las personas tienden a reflexionar y por miedo a volver a equivocarse, tratan
de cambiar esas actitudes que afectaban la relación.
Hay quienes
terminan por razones inofensivas y no se trata de que deben modificar
actitudes, pero también están esas personas que saben sus errores, pero por egoísmo
y orgullo actúan de la misma manera porque no sienten que deben dejar de ser
quienes son. De cierta manera, piensan que, si no le quieren de esa manera, no deberían
estar a su lado.
Ese detalle
negativo de algunas personas, puede provocar que la situación anterior se
repita.
¿Qué hago
si no cambia?
Un ultimátum
es lo mejor de todo. Plantearlo de una forma clara y precisa, no con tanta palabrería.
Es más, debe ser presencial para que la persona observe tu reacción. Pero si
caes ante sus encantos y olvidas de un lado que la relación esta afectándote
nuevamente, ni te quejes. Está en tus manos dar un giro a sus intenciones.
¿Y cómo sé
que no funcionamos?
Si todo se
siente como antes e igual, es mejor zarpar de ese barco. No es la sensación de
querer la que lo determina, es tu incomodidad o entendimiento cuando te das
cuenta que la misma historia se repite una y otra vez.
Otros
detalles interesantes…
A veces
terminamos no falta de amor, sino por desacuerdos que son fácilmente tratables
y otros quizás no, pero con amor todo es posible. Hay personas que, por evitar
buscar una solución, prefieren terminar y dejar ir a esa persona. ¡Luego no
lloren si no han luchado lo suficiente!
A mí
personalmente, no me gusta repetir la historia o tal vez aun no conozca a una
persona que me haga pensar diferente. Pero si ustedes consideran que los
motivos de la ruptura no son los suficientemente terribles y aman o quieren a
esa persona, díganselo y no se guarden esos sentimientos.
Si esa
persona no responde igual, tendrán que salir adelante por ustedes y no rogarle
a nadie.
¡Espero que
esto haya sido practico!
Feliz
Viernes.
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