Audrey Hepburn |
Escribir no
es una situación al azar, no es mediada por el tiempo y mucho menos del tin marín.
Si alguien piensa en todos los factores que rodean el hecho de escribir, verán que
es un paisaje abstracto. No es sólo escribir, sino también cómo lo hacemos y lo
que estamos diciendo entre letras.
En alguna ocasión
opiné acerca de un libro. Mi opinión no era en base a la escritura, ya que cada
escritor posee su manera distintiva de hacerlo. Comenté acerca de un libro
desagradable en toda su totalidad. Lo considero tan cercano a un vomito. El
libro es acerca de cómo maltratan a una mujer y hay una infinidad de cuestiones
humillantes hacia nuestro género, que como mujer me exalté.
Alguien me
dijo que no tenía derecho a decir eso. ¿Y qué? Pensé. El escritor tiene en sus
manos una función importante: Compartir y generar mensajes o pensamientos. Una
lectura que no nos proporciona nada productivo, no es escritura. Y escritos
como ese distorsionan más la mentalidad de las mujeres y hombres. Como
escritores se debería de tener esa responsabilidad de no promover ese tipo de
abusos.
No es lo
mismo contar una historia de abusos, a escribir acerca de abusos por placer.
Digo, ¡algo debe estar muy mal en tu cabeza para ser mujer y escribir tremenda aberración!
Díganme
exagerada y lo que quieran, pero esto es así y es tan claro como el agua.
Ahora, ¿Somos
lo que escribimos?
Si
Escribir es
conectarnos con nuestro lado más interno. A través de nuestros pensamientos
logramos proyectar y plasmar en escritura. Por ejemplo, algunas escribimos de
amor. ¡Son una enamorada del amor! Y aunque sea lo más amarga la mayoría del
tiempo, mi idea central del amor se expresa en mis historias y no
necesariamente en las acciones de los personajes.
Al
conectarnos con nuestro yo, todo lo que reunimos es en base a nosotros y a lo
que comprendemos del contexto de la historia. Ligamos una cosa con la otra.
No
Al escribir
no precisamente se trata de nuestra vida. En ocasiones, se escribe de la misma
y en otras simplemente no. En realidad, no siempre vamos a estar contando
nuestra vida entera, con punto y coma, ni nada de eso. Escribir no es haberlo
realizado o tenerlo en mente para llevarlo a cabo.
Conclusión
Si es
aberrante, es lo que sos. Una aberración es una obra lejos de ser una especie
normal de escritura. ¿Qué es normal en la escritura? Tener una previa
responsabilidad de lo que se escribe y transmitir cuanto podamos por amor a
ello.
Escribir un
libro lleno de violencia no es una buena escritura si estas disfrutándolo. Ese
tipo de libros es como un manual para psicópatas, no para inculcar o generar emociones
positivas en las mentes.
Repito, no
me refiero a la gramática ni nada de eso. Todo esto hace énfasis en que
nuestros libros son la muestra de quien somos no porque hayamos hecho lo
escrito, sino porque en esencia nos conectamos.
Escribir no
solo es tomar un lápiz y un papel, o teclear.
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