Algunas
veces las historias de amor son como tal cual he escrito, una simple historia.
Conocemos a muchas personas, y una pequeña parte de esas son posibles
prospectos para tener una relación si lo deseamos.
Pensemos en
lo que extraño que es fijar nuestra atención o decidir tener algo con alguien y
no con el resto. ¿Alguna vez se me preguntaron por qué ocurre?
Esa es la razón
por la que enamorarnos de alguien es especial. No hay manera de especificar un amor
sincero. Cuando sentimos amor por alguien, todo se vuelve más complicado en
nuestra mente. Lidiamos con nuestros temores.
Esto lo que
acaba muchas de las veces con las relaciones. El creer que vamos a echarlo a
perder, decir o dejar de decir cosas que no tienen fundamento o no son
verdaderas y toda esa ola de sensaciones que de un día para otro, nos confunden
con respecto a nuestros sentimientos y decidimos terminar con todo.
Así que, ¿ya
comprenden por dónde voy?
Esta
entrada tiene una introducción muy explicativa porque quiero que entendamos porqué
decidir terminar con todo NO es al azar.
La gente
piensa “llevamos pocos meses, y lo mejor es terminar ahora y no cuando las
cosas sean más fuertes”. A veces creo es un poco egoísta de nuestra parte
pensar de esa manera, pero en muchas relaciones sí funciona, pero no en todas.
Les voy a
contar un poco de mí: Yo me enamoro demasiado en un comienzo. Finjo que no me
interesa demasiado, pero es lo contrario. Aunque muchas como yo trabajemos de
ser fuertes en el sentido de que no nos interese que todo acabe pronto, es un
vil juego. Entonces, supongamos que mi manera de enamorarme debe ser rápida porque
tampoco me agrada estar saliendo con alguien que al final no supo lo que sentía
por mí. Me fascina el romance a todo lo que da de primera entrada.
Si todo va
de maravilla, créanme que me afectaría más que todo termine en ese momento en
donde mis sentimientos están floreciendo con locura, a que todo se esfume con
el tiempo. ¿Por qué? Puesto a que con el tiempo puedo entender que algo ya no
este marchando bien por discrepancias, falta de tiempo o la magia se está
perdiendo. En cambio, comenzando es como si dudaras de lo que realmente hubo ahí.
Me haría dudar de porque se esforzó para luego terminar con todo tan pronto.
Esta es una
perspectiva que rara vez plasmamos, pero no importa
el tiempo, sino lo que sentimos en el instante.
Hay quienes
se esfuman y regresan una y otra vez. ¿Qué creen que hacen?
Si terminas
con alguien, termínale y no regreses a los meses para quedarte un tiempo y
luego marcharte. Es como abrir e indagar sobre una herida que estaba sanándose o
está sanada.
Y esto se
me ocurrió pensando en algunas situaciones que cometemos y no aprendemos a
darnos cuenta de que las cosas no son a nuestra ocurrencia.
Aconsejo
que no jueguen con nadie a regresar e irse mil veces solo porque la persona les
acepta de vuelta. ¿Saben porque les acepta de vuelta? Por la esperanza de que
un día decidan quedarse y no marcharse.
Y para
quienes aceptan miles de partidas indefinidas, no sigan ese juego. Es como si
una persona les buscara para llenar un supuesto “vacío”, que realmente es otra
cosa. Esto sería compañía, y no amor. No son quienes pueden llenar nada en
alguien que les desecha mil veces. No serán más que un momento.
Es una temática
que he abordado diferente, pero se supone que esto se sienta como una conversación.
¡Quiéranse
mas y actúen correctamente! No es justo hacer sufrir a nadie por nuestras
irregularidades sentimentales.
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