Para quienes
se preguntan que si son ustedes mismos (as), que si el destino, tu mala suerte
de nacimiento o que si las galaxias… ¡Para todas y todos! La vida es un rompecabezas,
¿Lo sabían? Pieza por pieza, y antes de que esa pieza se coloque, se debió
pensar muy bien.
Nos
preguntamos tantas cosas, y una de esas, es que a veces nos va tan mal. Esos días
en los que te despertas con los ánimos por los suelos, de mal humor o últimamente
te esforzas y las cosas simplemente se ponen de cabeza. ¿Lo has sentido? Porque
ni aunque tengas la vida compra. Siempre vamos a sentir que nuestro mundo se
viene de cabeza en momentos al azar de nuestra vida. “Al azar” porque
simplemente llegan si escoger cuando si y cuando no.
Me pregunto,
¿Sabemos diferenciar sí o no es una mala racha?
Mayormente
no tenemos una idea de eso. Nos dejamos llevar por la suerte de otros –que a
veces pareciera permanente y no lo es- o de paso encontramos en ese mal momento
una razón para decirnos a nosotros mismos que “siempre lo hacemos tan mal”.
Una mala
racha se dará aun y que estés haciendo las cosas bien. Factores externos de tu
persona. Que si alguien arruinó tú idea para algo, que si se involucró una
persona incorrecta en tus proyectos o en tu camino, y es ahí en donde nada será
predecible.
¡Esa es la mala racha que odiamos! No la confundamos con nuestro
esfuerzo. El esfuerzo ahí está, pero la Doña Mala Racha se aproxima y te hace
las cosas muy complicadas.
¿Es una la Doña
Mala Racha? Mayormente lo es. Aparece cuando necesitas un poco de calorcito en
la vida y cuando aparece debemos enfrentarla, ¿Saben? ¡No se les ocurra echarse
para atrás! Deben entrarla y no darle el gusto de desanimarnos del todo.
Es difícil no
desanimarse –díganmelo a mí- pero esa mala racha no es eterna. Entonces, más
que decirnos que no vamos a lograrlo, hay que decirnos “voy a lograrlo aunque
cueste”.
En el caso
que debamos darnos cuenta que nosotros no estamos haciendo las cosas bien, será
una sensación de una enorme incomprensión.
Cuando
estamos errando, es fácil decir que los demás tienen la culpa o las cosas son
tan drásticas que se confunden con una mala racha. Las cosas se dan muy mal, ni
siquiera es cuando todavía hay posibilidades. Y la razón por la que esto sucede
una y otra vez, es que somos más cómodos y preferimos quedarnos en donde
estamos, a tener un cambio en nuestra vida.
Creemos que
errar es enfrentarnos a lo nuevo, cuando verdaderamente errar es quedarnos
estancados en el error por miedo al error. Es así de literal. Y de que hay
oportunidades, las hay. De que no deseamos contemplarlas es diferente.
Hay tiempo,
hay oportunidades… ¿Por qué no tomarlas como deban darse? Si bien se dice “oportunidades
por millones” y esa sí que es cierta, pero no todas entran dentro de un
momento. Cuando eso pase, empecemos con poco o con lo que se encuentre a
nuestro alcance sin conformarnos.
Constantemente
critico el conformismo en exceso. Mientras sea el primer paso, está bien
conformarse porque nada cae del cielo. Pero si podes avanzar, no te estanques.
Parte del éxito
es el cambio y la paciencia. Seamos personas que se transforman para bien en
esta vida. Tengamos menos miedo y aprendamos a recibir. No solo es de dar todo,
también se trata de recibir frutos y muchas veces se trata de esperar y otras
de esperar el momento del cambio.
Les
promuevo al cambio en este 2016. Estamos ante una sociedad un poco anticuada y
sin cambios, ¿Por qué no empezar a cambiarlo en este 2016?
Mis mejores
deseos para este 2016 y que esta entrada les haya hecho sentir mejor. Recuerden
que nada está completamente perdido, solo lo irreversible. Pero a pesar de
todo, el cambio siempre necesita de voluntad y de analizar correctamente
nuestra vida y lo que queremos para ella.
¡Feliz
tarde!
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