Desde el
primer momento que menciono la palabra “inicio”, la ligo a un individuo que
posee en su interior un alma deseosa de cumplir sus sueños. Cada ser humano
tiene un deseo grande o pequeño en su producto, pero no existen sueños más
grandes o pequeños que otros. Mientras ese anhelo te haga sentir viva o vivo,
es un gran sueño.
Hay un
punto que rara vez mencionamos… Pero para que esto sea más entendible, lean el
siguiente ejemplo:
Max inició
sus estudios en el 2002. Desde un comienzo, destacó por su carisma en su área.
Todo iba como viento en popa, y no bajaba la guardia, inclusive era admirado
por colegas y catedráticos. Se graduó con honores y su preparación se alargó
hasta una maestría. ¡Max iba muy bien! Y no fue un día, cuando logró crear su
propia televisora. Un martes mientras se encontraba en su oficina, por la mañana
alguien pedía ser recibido por él.
Dejó pasar
a la persona de muy mala gana, pero lo hizo. Había llegado el maestro que más
lo apoyó y ayudó a lo largo de su carrera en la universidad. A pesar de que Max
no tenía los recursos necesarios, el maestro confiaba en él en lo que podía lograr.
Le dijo que tenía problemas económicos y necesitaba de la ayuda de Max.
El maestro
confiaba tanto en Max después de tantos años, pero se sorprendió al escuchar las
siguientes palabras: “No tienes lo que estoy buscando. Lamento mucho tu situación,
pero no puedo ayudarte”.
El señor estaba
perplejo. Se puso de pie, y sin dudarlo dos veces respondió: “Mucho de lo que
eres hoy, fui yo quien te lo enseñó. Te sientes un rey, cuando yo estuve
contigo cuando más lo necesitabas. Tienes plazas, ¿y no deseas ayudarme cuando
sabes muy bien que yo te formé?"
¿Comprenden
este ejemplo? Para Max fue sencillo desplazar a su maestro. Siente que ya tiene
lo que merece, pero olvidó de donde viene y quien contribuyó a su aprendizaje.
¡Eso es lo
que debemos hacer jamás!
A donde
quiera que lleguemos, no olvidemos que partimos de alguien. Ese agradecimiento
con quienes dieron mucho por nosotros o creyeron que podíamos lograr nuestros propósitos,
eso NUNCA debemos olvidarlo.
Una persona
que orgullosamente habla de sus comienzos, es alguien que merece lo que tiene
hoy en día.
Iniciar tus
sueños también implica trabajar día con día. Trabajas o te morís. Es una ley de
la vida sumamente clave. Admiramos a cientos de personas que tiene un talento
diferente o especial, y todo porque muy en el fondo nuestras esperanzas se
centran en terceros y no en nosotros mismos.
¿Quieren
saber cuál es el punto de esas personas que admiramos? ¡La tenacidad y la
perseverancia! Esas personas le dedicaron muchas horas diarias a sus sueños o
talentos. Son quienes son por hoy, gracias a que no se cansaron de hacerlo.
Puede ser que no ocurra hoy o mañana, pero cuando luchas de esa manera y le
dedicas tanto tiempo a tus objetivos, la palabra ÉXITO se manifiesta.
¿Es fácil decirlo?
¡No lo es! Yo también estoy luchando, y puede ser que no siempre haga lo
suficiente pero de repente reflexiono acerca de esto y no dudo que deba
dedicarle más tiempo a algunos sueños.
Que tus sueños
no surjan, no siempre se trata de que no sea para vos. No significa que el
destino este en tu contra, sino que vos creas tu camino. Si no trabajas de
forma ardua, no esperes a que las cosas aparezcan y los caminos se abran a tu
favor.
¡Fuerza con
fuerza! ¡Lucha con éxito!
Ustedes
pueden sentirse orgullosas y orgullosos de quienes son, solo deben aprender a
trabajar duro y no dudar de lo que pueden lograr. Lejos de que nuestras capacidades
sean peores que las de otros, porque eso no determina que no podas lograrlo.
Y con este
buen pensamiento me despido.
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